- f. Estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones.
- f. Condiciones físicas en que se encuentra un organismo en un momento determinado.
—Diccionario de la Real Academia Española.
¿Cómo te sientes hoy?
Con seguridad a veces te ha dado gripa, te ha dolido la garganta o te has puesto malo del estómago. En esas ocasiones has notado la diferencia entre estar enfermo y estar sano. Cuando estás enfermo no tienes ganas de hacer tus actividades normales (a veces ni puedes ir a la escuela), se te quita el hambre y sólo quieres estar acostado. Cuando estás sano te sientes lleno de energía para ir, venir, correr, estudiar y hasta hacer alguna divertida travesura. La enfermedad limita tu vida. La salud la llena de posibilidades y te permite disfrutarla al máximo.
¿De qué depende estar sano o enfermo? En ese proceso intervienen muchos factores. Algunas enfermedades se padecen desde el nacimiento o aparecen solas en el cuerpo. Otras tienen que ver con el ambiente que te rodea: el aire que respiras, el agua que bebes, o el clima (en el frío invierno todos andamos estornudando). Esos factores no dependen de nosotros y muchas veces la gente se enferma por ellos. En ocasiones ni los mejores doctores pueden hacer algo para ayudarla. Sin embargo hay otro factor importante que sí puedes controlar. Lo llamamos “estilo de vida”, las decisiones que puedes tomar en bien de tu salud.
El valor de la salud
Reflexiona: La salud en tus manos
Las decisiones relacionadas con tu estilo de vida se refieren a muchos aspectos. El primero es la alimentación: comer muchas grasas, comer demasiado o abusar del azúcar y los refrescos puede hacer que sufras obesidad y dañar tu corazón. El segundo es el ejercicio: la actividad física reduce el riesgo de ciertas enfermedades, hace que vivas más años (y que los vivas mejor) y te ayuda a estar más contento. El tercero es evitar lo que daña tu organismo: el alcohol y las drogas perjudican tu cuerpo y tu mente, el cigarro daña tus vías respiratorias. El cuarto es la seguridad: hay que tener cuidado momento a momento para evitar los accidentes.
Hay además otra área importante:
más o menos a los once años en tu cuerpo comenzará un proceso que se llama adolescencia. Algunos cambios y sensaciones te harán sentir sorprendido e inquieto. Para cuidar tu salud conversa con tus padres y maestros sobre lo que te está pasando y pregúntales todas las dudas que tengas. Ellos sabrán orientarte.
Una recomendación más. Algunos niños no gozan de plena salud y sufren diferentes tipos de discapacidad: no ven, no pueden caminar o les falta una parte de su cuerpo. Ayúdalos con muestras de amistad y solidaridad. Recuerda tratar a tu propio cuerpo aplicando los mejores valores que ya conoces: integridad, respeto y responsabilidad.
Mini-relato: Los niños del doctor Balmis.
La viruela es una enfermedad infecciosa que causó millones de víctimas. A inicios del siglo XIX, cuando se descubrió la vacuna para prevenirla, el doctor español Francisco Javier Balmis (1753-1819) realizó una expedición a México para aplicarla a cientos de pequeños. La vacuna no existía como producto de una farmacia, sino en la sangre de los niños que habían sobrevivido al mal; por eso, con el doctor Balmis vinieron a México varios pequeños españoles que llevaban la vacuna en sus venas. Ésta se aplicaba de brazo a brazo, de niño a niño. Gracias a esos héroes la enfermedad quedó controlada en México.
Problemas para pensar.
Tu salud depende de tus hábitos de higiene. ¿Te has detenido a revisarlos? Lee la siguiente lista. Pon una palomita a lo que debes hacer y una cruz a lo que no debes hacer. En cada caso explica por qué debes o no debes hacerlo. Si en alguna línea tienes dudas, pregunta a tus padres, tus maestros o el médico de tu escuela. De ahora en adelante practica todas las recomendaciones que lleven palomita.
- Lavarme las manos con frecuencia.
- Bañarme todos los días.
- Beber agua del río o de la llave.
- Cambiarme de ropa interior todos los días.
- Jalar la cadena del inodoro después de usarlo.
- Conservar los alimentos frescos en una hielera o refrigerador.
- Chupar la pluma o el lápiz.
- Ventilar bien los cuartos de la casa.
- Compartir el cepillo de dientes.
- Lavarme las manos después de tocar a un animal.
- Por último, investiga la definición de la palabra higiene.
Lo que dice la gente
“Mi mamá siempre dice: cuida tu cuerpo, porque en él vas a vivir toda la vida.”
—Alberto Ureña, velador de construcciones, 19 años.
“Lo malo de muchas personas es que sólo valoran la salud cuando la pierden.”
—Marco Hernández, pediatra, 50 años.
“La salud depende mucho de lo que hagamos por conservarla.”
—Guadalupe Mora, ama de casa, 60 años.
La salud en símbolos
Este extraño conjunto es el símbolo de la medicina y tiene elementos de las antiguas culturas griega y romana. Las alas se relacionan con Hermes, el mensajero de los dioses. Las serpientes se relacionan con Esculapio, el dios de la medicina, que tenía poderes curativos y en una ocasión salvó a una mujer que había atacado un reptil.
Lo que dicen los libros
“Vive en habitaciones llenas de luz. Evita los alimentos pesados. Modera la cantidad de vino que bebes. Toma baños y masajes; practica ejercicio y gimnasia. Evita el insomnio meciéndote suavemente con el sonido del agua que corre. Cambia de ambientes y realiza largos viajes. Evita cualquier idea que te dé miedo. Dedica tiempo a la conversación alegre y las diversiones y escucha música.”
—Aulo Cornelio Celso, Tratado de Medicina (año 50)
Un laboratorio para la salud
Tus padres y tus maestros cuidan de tu salud, pero el principal responsable de hacerlo eres tú. Aplica estas sencillas recomendaciones a tus actividades diarias y te mantendrás sano mucho tiempo:
- Come bien. En vez de dulces, frituras o golosinas, prefiere alguna fruta o un vegetal.
- ¡Muévete! Haz deporte, juega diariamente a algo que exija esfuerzo físico.
- Duerme rico. Acuéstate siempre a la misma hora en un lugar cómodo y ventilado.
- Evita accidentes. Cuídate al jugar y atravesar las calles. Aléjate del fuego y las máquinas.
- Vive tranquilo. Si tienes miedo o preocupación por algo cuéntale a un adulto de confianza.
- Di NO a las drogas. Si te ofrecen alcohol, drogas o cigarros, recházalos de inmediato.
- Pide ayuda. Si algo te duele o no te sientes bien, infórmalo a tus mayores.
- Exige respeto. Si te maltratan o te tocan de forma rara, cuéntale a un adulto de confianza.
Fuente: www.valores.com.mx