CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

53. SEXTO ACTO DE REPARACIÓN

Jesús, Hostia santa, Hostia pura, Hostia inmaculada, Víctima del infinito amor de Dios a los hombres; ¡ay!, cuánta caridad de vuestra parte, y cuanta ingratitud de la nuestra. iOh, si nos fuera dado reparar de alguna manera el olvido, indiferencia y menosprecio con que os tratan los hombres! A lo menos, Señor, recibid el ardiente deseo que tenemos de hacerlo así, y sed Vos mismo la Hostia de reparación de nuestros pecados en la presencia de vuestro Eterno Padre, apiadándoos de nuestra extremada miseria y abyección para con Vos.

Por vuestras humillaciones eucarísticas os lo pedimos: ¡Ten piedad de nosotros!

¡Hostia santa inmolada por la salvación de los pecadores! ¡Ten piedad de nosotros!

¡Hostia inflamada en el fuego del amor infinito! ¡Ten piedad de nosotros!

¡Hostia ofrecida incesantemente por nosotros en el sacrificio del altar! ¡Ten piedad de nosotros!

¡Hostia de amor, menospreciada por las comuniones tibias! ¡Ten piedad de nosotros!

iHostia de amor, blanco de indignas profanaciones! ¡Ten piedad de nosotros!

¡Hostia de amor, víctima de atroces sacrilegios! ¡Ten piedad de nosotros!

¡Hostia de amor, deshonrada por las malas comuniones! ¡Ten piedad de nosotros!

¡Hostia de amor, abandonada por la mayor parte de los cristianos en la soledad de nuestros templos! ¡Ten piedad de nosotros!

Amabilísimo Jesús, que, por el amor infinito que nos tenéis, no contento con haberos inmolado una vez en el Calvario, renováis todos los días de una manera incruenta el mismo sacrificio en la adorable Eucaristía, donde permanecéis expuesto hasta la consumación de los siglos a los oprobios e ignominias de la Cruz, romped el velo de nuestra culpable ignorancia, atravesad nuestros corazones con los dardos inflamados de vuestro amor, para que, abandonando por fin las sendas de nuestra criminal ingratitud, hagamos del Sacramento divino de nuestros altares el centro de nuestros afectos y, a imitación suya, llevemos una vida de inmolación y sacrificio.

Amén.

Fuente: Manual de Piedad Misioneros Oblatos
SEXTO ACTO DE REPARACIÓN

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